muchos de los hallazgos descubiertos en la antigüedad no han encontrado aún una respuesta a sus enigmas. ¿Fue Alessandro Volta la primera persona que ideó la batería eléctrica? ¿Fueron los hermanos Wright realmente los primeros en volar?. Nuestros remotos antecesores contaron con una tecnología mucho más avanzada de lo que imaginamos...
Este modelo de planeador fue construido en Egipto hacia el año 200 a.C.
En un museo de El Cairo se exhibía un pequeño modelo de madera. Nadie tenia dudas acerca de lo que representaba: una simple ojeada bastaba para distinguir las alas, el plano de deriva, la cola y el sólido y voluminoso cuerpo de algún tipo de avión. El cuerpo de este modelo tenía una longitud de algo menos de 15 centímetros y su envergadura era algo mayor de 18 centímetros, Había sido construido con madera de sicómoro, muy ligera, y cuando uno lo disparaba al aire con la mano, volaba una corta distancia.
El ver un modelo como éste en un museo de ciencia no hubiera sido una sorpresa. Sin embargo este modelo ocupaba un lugar privilegiado en el Museo de Antigüedades de El Cairo, y estaba fechado alrededor del año 200 a.C.
Esta pieza antigua constituye un desafío notorio a nuestras ideas acerca del desarrollo de la tecnología. Y es tan sólo uno de los innumerables enigmas que replantean la discusión acerca de los conocimientos científicos y de ingeniería de nuestros antepasados.
Cuando en 1898 -cinco años antes de que los hermanos Wright llevaban a cabo con éxito su primer vuelo a motor- se encontró este modelo en una tumba de la antigua ciudad egipcia de Saqqara, nadie lo relacionó con la idea del vuelo artificial. Fue almacenado en una caja que contenía figuras de pájaros. En 1969 lo redescubrió el doctor Kahlil Messiha, y quedó asombrado, dada su evidente semejanza con un avión moderno.
Un comité de expertos arqueólogos e ingenieros aeronáuticos estudiaron el modelo. Destacaron el arco de sus alas -la curvatura de la superficie superior que ayuda al avión a elevarse- y la inclinación hacia abajo de los extremos de las mismas, que proporciona estabilidad. Llegaron a la conclusión de que la pieza era un modelo a escala de un avión de tamaño normal. Debía tratarse de un «planeador motorizado» diseñado para transportar pesadas cargas a poca velocidad, probablemente a menos de 95 km/h. Podría haber sido impulsado por un motor montado en la parte trasera, en el lugar donde ahora la cola del avión aparece rota.
El comité estaba tan convencido de la importancia de su hallazgo, que lo colocaron en lugar destacado en el Museo de El Cairo. En otras tumbas se encontraron más de una docena de «planeadores» similares. ¿Podía tratarse verdaderamente de modelos de antiguos aviones?
El escepticismo que la mayoría de las personas expresan respecto a la idea de antiguos aeronautas -posiblemente tan chocante como la idea de antiguos astronautas- sufrió un duro golpe cuando se descubrió que también en América, es decir, en el otro lado del mundo conocido, se habían hallado modelos aéreos pertenecientes al primer milenio después de Cristo.
Los supuestos modelos de aviones que han salido a la luz son una serie de pequeños objetos ornamentales de oro, encontrados en Colombia, Costa Rica, Venezuela y Perú. Un ejemplar fue descubierto en una colección de objetos de arte antiguos de Colombia por Iván T. Sanderson, jefe de la Sociedad para la Investigación de lo Inexplicado, en Estados Unidos. Se trataba de un colgante de 5 centímetros de longitud. Los arqueólogos colombianos lo habían clasificado de «zoomorfo», es decir, con forma de animal. Sin embargo, se parece mucho más a un avión de caza a reacción con alas en forma de delta, que a cualquier tipo de animal o pájaro. Posee unos apéndices triangulares que se parecen muchísimo a las alas de varios tipos de modernos aviones supersónicos, una cola pequeña y vertical, un plano de deriva, y a un lado de éste hay incluso lo que parece ser un emblema. No obstante, este objeto ornamental se atribuye a los sinu, un pueblo preincaico que floreció desde el siglo V hasta el siglo VIII d. C.
Los supuestos modelos de aviones que han salido a la luz son una serie de pequeños objetos ornamentales de oro, encontrados en Colombia, Costa Rica, Venezuela y Perú. Un ejemplar fue descubierto en una colección de objetos de arte antiguos de Colombia por Iván T. Sanderson, jefe de la Sociedad para la Investigación de lo Inexplicado, en Estados Unidos. Se trataba de un colgante de 5 centímetros de longitud. Los arqueólogos colombianos lo habían clasificado de «zoomorfo», es decir, con forma de animal. Sin embargo, se parece mucho más a un avión de caza a reacción con alas en forma de delta, que a cualquier tipo de animal o pájaro. Posee unos apéndices triangulares que se parecen muchísimo a las alas de varios tipos de modernos aviones supersónicos, una cola pequeña y vertical, un plano de deriva, y a un lado de éste hay incluso lo que parece ser un emblema. No obstante, este objeto ornamental se atribuye a los sinu, un pueblo preincaico que floreció desde el siglo V hasta el siglo VIII d. C.
Estos objetos se parecen a los aviones a reacción; pero, ¿hasta qué punto nos sirve de guía esta constatación? El emblema del plano de deriva del modelo colombiano se parece a la letra B semítica. Algunos escritores han pasado de este simple hecho a la conclusión de que este modelo procedía del Oriente Medio.
Interpretaciones poco fundadas como esta última pueden llevar a algunas personas a recelar de todas las afirmaciones arriesgadas acerca de objetos antiguos. No obstante, es absolutamente necesario prestar atención a los descubrimientos de objetos que «funcionan» y cuya fecha nos parece imposible. El planeador de Saqqara constituye un ejemplo; igualmente impresionante es la «batería de Bagdad» .
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